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Recomendado por:

Felipe Maíllo Salgado (Área de Estudios Árabes e Islámicos)

 

 

John V. Tolan

SARRACENOS: EL ISLAM EN LA IMAGINACIÓN MEDIEVAL EUROPEA

Valencia: Universitat de València, 2007

 

Signatura: L/L 297 TOL sar

 

 

La obra de Tolan, en traducción de Gutiérrez y Moreta (ya disponíamos de la versión inglesa y una traducción posterior al francés), es un libro necesario por diversos motivos. De los judíos, por ejemplo, se ha dicho casi todo, sin embargo de los sarracenos o musulmanes quedan demasiadas áreas en blanco. Este estudio era necesario al no existir obra alguna que haya intentado examinar a gran escala las imágenes cristianas del Islam desde la perspectiva que Tolan lo hace: esclarecer en último extremo las raíces medievales de las actitudes modernas de occidente hacia el Islam y hacia los árabes. Es verdad que existe, de manera destacada, el trabajo de Norman Daniel Islam and the West: the Making of an Image, pero la pretensión de Tolan no es la de sustituir el excelente trabajo de Daniel, sino completarlo. Eso sí, de una manera notoria, ya que en éste último autor, pese a su enorme esfuerzo, no encontramos explicación de por qué los escritores cristianos presentaron de forma tan negativa al Islam, o a qué intereses ideológicos pudieron servir semejantes representaciones.

El libro también pretende completar el de Edward Said, Orientalism, en el que este autor, valiéndose para la Edad Media de Daniel, expone las implicaciones ideológicas de las representaciones de Oriente en la cultura británica y francesa de los siglos XIX y XX. El discurso orientalista sería la contrapartida ideológica de las realidades políticas y militares de franceses y británicos en el Próximo Oriente: el orientalismo proporcionaba una justificación para el Imperio. De manera idéntica, del siglo VII al XII, el discurso antimusulmán de los autores cristianos se utiliza para autorizar y justificar la acción militar, la segregación legal y la represión social de los musulmanes. Esto no quiere decir, como señala Tolan, que el modelo de Said pueda transportarse sin problemas a seis o diez siglos atrás. Sabemos que durante gran parte de la Edad Media Europa se encontraba en una situación militar, económica e intelectual de inferioridad respecto al mundo musulmán, lo que no obsta para que en el siglo XIX los europeos estén convencidos de su superioridad. El repaso cuidadoso de Tolan de las relaciones entre cristianos y musulmanes en la Edad Media ilumina las vertientes de esta problemática.

El estudio termina en el siglo XIII porque, según el autor, en los siglos XII y XIII la Europa latina acepta enfrentarse al mundo del Islam (creo que esto había empezado claramente en el siglo XI, pero eso en nada empaña la fundamentación del estudio). En parte esta confrontación fue militar (la "reconquista española" y las cruzadas), pero también intelectual. Los estudiosos europeos analizaron la filosofía y la ciencia en tratados en árabe que, en no pocos casos, tradujeron al latín merced a la biblioteca de Toledo. Los teólogos intentaron demostrar a los musulmanes, mediante la predicación y argumentación racional, la verdad cristiana, pero esto se reveló un fracaso lamentable, según lo reconocen los escritores de los siglos XII y XIV. Al tiempo, los autores cristianos procuraron definir y limitar el lugar de los musulmanes en la sociedad (por medio de la legislación) y en la historia cristiana (a través de las crónicas y los tratados teológicos): puesto que el musulmán no podía ser eliminado por medio de la guerra o la conversión, al menos podía ser circunscrito intelectual y socialmente.

Tolan constata que después del siglo XIII no se elaboran argumentos antimusulmanes propios. Así, cuando Lutero quiso combatir la religión del turco lo hizo mediante la reimpresión de textos latinos del siglo XII u otros textos del siglo XIII, cuando ya habían cristalizado las imágenes que se habían fabricado en Europa sobre el Islam y los musulmanes, durando éstas, con pequeñas variaciones, hasta el siglo XVII y, en algunos aspectos, hasta el siglo XX (y hasta hoy, añadiría yo).

Tolan logra la comprensión de la trama examinando variados escritos cristianos acerca del Islam, situándolos en sus contextos particulares (y múltiples), más que mediante una línea temporal ilustrativa. En segundo término presenta una serie de ejemplos de las utilizaciones sociales e ideológicas de la denigración y del desprecio. El autor lleva a buen fin su estudio conectándolo con un número de obras del mismo campo, entre las que se hallan Orientalism y Culture and Imperialism de Edward Said, por más que lo que este autor tenga que decir sobre la Edad Media carezca de contexto, como si los autores medievales que escribieron del Islam hubieran vivido en un vacío social y político.

Tolan nos hace comprender, en su contexto, la elaboración y la expresión de toda clase de imágenes europeas (hostiles en su mayoría) del mundo musulmán, una civilización percibida como rival y una amenaza a lo largo de la Edad Media y posteriormente. Luego pasa a explicar, siempre con la ayuda de los textos, cómo las culturas se definen por encima y en contra de los grupos exteriores representados como "enemigos", demostrando que la denigración del otro puede emplearse para defender la construcción propia del mundo.

Merced a este libro, del que recomendamos vivamente su lectura, nos damos cuenta de que el Occidente de E. Said, despojado de su variedad cultural e histórica, privado de las motivaciones individuales de sus escritores (particularmente de los anteriores al XIX), corre el riesgo de convertirse en una caricatura del inescrutable Oriente de los románticos del siglo XIX.

 

Felipe Maíllo (Área de Estudios Árabes e Islámicos)

 

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